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La basura de Italia que han traído a Cuenca desde 2021

La Guardia Civil ha desarticulado una red internacional dedicada al tráfico ilícito de residuos urbanos procedentes de Italia. Más de 40.000 toneladas de residuos, incluidos materiales tóxicos y peligrosos, fueron arrojadas ilegalmente en vertederos de Tarragona y Cuenca desde 2021. La operación ha puesto al descubierto un esquema de fraude medioambiental que reportó ingresos de más de 19 millones de euros.

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En el marco de la Operación “Rifiuti”, agentes de la Guardia Civil, en una operación conjunta con Europol, han detenido a 15 personas e investigado a 7 empresas involucradas en el transporte ilegal de residuos urbanos desde Italia a España. Los residuos eran trasladados bajo documentación falsificada, lo que permitía esquivar controles medioambientales y depositar toneladas de materiales en vertederos de Tarragona y Cuenca sin tratamiento previo.

 

El esquema funcionaba mediante la intermediación de empresas ficticias que simulaban procesos de valorización de residuos. Sin embargo, las investigaciones confirmaron que estas prácticas eran un fraude que no solo vulneraba normativas europeas y españolas, sino que también representaba un grave riesgo para los ecosistemas y la salud pública.

Según fuentes de la investigación, las empresas italianas involucradas ahorraban costes significativos al derivar la eliminación de residuos urbanos a España, donde la gestión tiene precios más bajos. Este ahorro, conseguido de forma ilegal, generó ingresos superiores a los 19 millones de euros para la organización criminal desde 2021.

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Impacto local y medioambiental

El depósito ilegal de residuos, incluidos materiales peligrosos, supone un riesgo directo para la salud de las comunidades cercanas a los vertederos y un impacto negativo en los recursos naturales de las provincias afectadas. En Cuenca, el vertedero de Almonacid del Marquesado fue uno de los lugares señalados, generando preocupación entre los residentes locales y las autoridades medioambientales.

Además, esta práctica contradice las directrices de la Unión Europea, que promueve el principio de proximidad en la gestión de residuos, asegurando que cada país sea responsable de sus propios desechos. La operación refuerza la necesidad de una cooperación transfronteriza más efectiva para combatir este tipo de delitos, que crecen a un ritmo anual del 5-7%, según Europol.

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La Operación “Rifiuti” no solo ha desmantelado una organización criminal, sino que también destaca los desafíos globales en la lucha contra los delitos medioambientales.