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La Cooperativa San Isidro de Quintanar del Rey se opone a la macrogranja porcina

La Cooperativa San Isidro de Quintanar del Rey decidía en su Asamblea General Extraordinaria del pasado día 6 de febrero rechazar la macrogranja de madres reproductoras que se quiere instalar cerca de este municipio, cuya construcción se encuentra suspendida cautelarmente.

Es lo que recuerda la Asociación Quintaverde Pueblo Vivo en nota de prensa en la que afirma que son seis bodegas de la Denominación de Origen Ribera del Duero las que han mostrado su preocupación con las afecciones que provoca el modelo industrial de las macrogranjas. "En particular, Ferratus, Dominio del Águila y Prado del Rey, puntales del sector vitivinícola en la provincia de Burgos, acusaron a la ganadería industrial porcina de saltarse la normativa a su antojo, y de provocar la contaminación de acuíferos y generar despoblación. El Consejo Regulador, fuertemente dependiente del ecosistema natural y ligado estrechamente al enoturismo, reprochó al mismo tiempo la falta de actuación y compromiso por parte del gobierno autonómico, que actúa, según estos posicionamientos, bajo una normativa demasiado laxa".  

La Asociación también suma la postura de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), que "reúne todas las denominaciones de origen del país y que ya había manifestado previamente el desacuerdo y la preocupación sobre la proliferación de la ganadería industrial y su impacto en el sector del vino".

En varios lugares del país han alertado del impacto de las macrogranjas sobre los sectores que giran en torno al vino y especialmente el enoturismo. Por ejemplo, en 2020 la Plataforma Salvemos Nuestra Tierra de Jumilla (Murcia) avisó de que la ganadería industrial pone en peligro las visitas turísticas a bodegas y viñedos y las rutas del vino, que generan riqueza en el territorio sin deteriorarlo.

El macroproyecto en Quintanar del Rey

Desde 2020 este proyecto industrial de porcino tiene en vilo y en lucha a todo el pueblo. El plan, suspendido cautelarmente, contempla la construcción de cuatro naves que albergarán a 2.200 madres. El negocio criará 61.000 lechones cada año, que se estima que consuman 12 millones de litros de agua al año y que produzcan una cantidad ingente de purín, una mezcla de excrementos y productos de limpieza, difícilmente asimilable por los suelos. 

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Fuente: El Día Digital.