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La falta de precipitaciones agrava las alergias a los pólenes invernales

Los alérgicos se están enfrentando ya a la primera polinización fuerte del año, la de las cupresáceas, que está siendo más dura de lo normal debido a la acusada falta de lluvias de este invierno. “Los niveles de polen son más altos que otros años. Si sigue sin llover, seguirán subiendo los niveles de polen”, alerta Antonio Moreno Fernández, facultativo especialista en alergias del hospital Virgen de la Luz de Cuenca y presidente de la Sociedad Madrid y Castilla-La Mancha de Alergología e Inmunología Clínica.

Estos niveles más altos de polen de cupresáceas –que engloba a cipreses, sabinas, enebros y arizónicas, siendo estas últimas las más abundantes de esta familia en Castilla-La Mancha y Cuenca– están provocando que los pacientes estén “más sintomáticos que en años anteriores”.

“Cuando llueve, el agua arrastra el polen hacia el suelo, por lo que bajan los niveles en el aire. Mientras no llueva, los pacientes tendrán más síntomas”, explica el alergólogo. 

Unos síntomas que cursan en tres niveles: ocular (picor de ojos, lagrimeo frecuente e incluso fotofobia en algunos pacientes, a los que les molesta la luz); nasal (picor de nariz, moqueo abundante y estornudos en salvas, es decir, muchas veces consecutivas, sobre todo de forma matutina; y bronquial (sensación de falta de aire o tos persistente).

La polinización de las cupresáceas –que se produce de diciembre a marzo, alcanzando su punto más álgido a partir de febrero– es la tercera en importancia en Castilla-La Mancha, por detrás de las de las gramíneas y el olivo, que tienen lugar en mayo y junio. El calendario se completa con la polinización en abril del platanero de sombra y de septiembre a noviembre, con la de las malezas. 

En Cuenca, esta primera polinización es más abundante que en otras provincias, señala Moreno Fernández. 

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Fuente: Las Noticias de Cuenca.