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La Guardia Civil les da el alto y los conductores se cambian de asiento para evitar la prueba de alcoholemia

La Guardia Civil de Cuenca ha sorprendido a dos conductores que intentaron eludir una prueba de alcoholemia intercambiando sus posiciones al ser detenidos en la autovía A-3. Ambos hombres, bajo la influencia de bebidas alcohólicas, han sido investigados por delitos contra la seguridad vial.

El incidente ocurrió el pasado fin de semana en la autovía A-3 (Madrid-Valencia), cuando efectivos del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Cuenca, con base en Tarancón, dieron el alto a un vehículo cuyo conductor mostraba claros síntomas de estar bajo los efectos del alcohol. Al indicarles que detuvieran el vehículo en un área de servicio, los agentes observaron cómo el conductor y su acompañante intercambiaban sus posiciones, en un intento de evitar la prueba de alcoholemia.
 

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El nuevo conductor fue sometido a la prueba, dando un resultado positivo de 0,72 mg/l en aire espirado, lo que superaba el límite legal. Inmediatamente, se le imputó un delito contra la seguridad vial. Posteriormente, se solicitó al conductor original que realizara la prueba, pero este se negó, argumentando que no conducía en ese momento. Esta negativa le costó la imputación de dos delitos: uno por conducir bajo la influencia del alcohol y otro por negarse a realizar la prueba.

Los investigados podrían enfrentarse a penas de prisión de 3 a 6 meses, multas de 6 a 12 meses y la privación del derecho a conducir durante 1 a 4 años. Además, el delito por negarse a realizar la prueba de alcoholemia conlleva penas de prisión adicionales de 6 meses a 1 año y la misma privación del derecho a conducir.

Este caso subraya la importancia de la responsabilidad al volante y las graves consecuencias de intentar eludir la ley.
 

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