La Policía libera a dos mujeres y clausura un club de alterne en Graja de Iniesta (Cuenca)
La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La red estaba dirigida por una mujer brasileña, propietaria del club de alterne, quien ordenaba las directrices que se debían seguir en la captación y traslado de las mujeres desde Paraguay a España, así como la distribución y funciones de cada miembro del grupo criminal.
Las víctimas, captadas en sus países de origen, se encontraban en una situación de vulnerabilidad y precariedad económica y procedían de entornos humildes de los barrios más desfavorecidos. La organización les ofrecían un futuro idílico, garantizándoles que ganarían mucho dinero y podrían sacar a sus familias adelante gracias a sus ingresos. Una vez accedían, eran trasladadas a España facilitándolas una carta de invitación para que lograran superar el control fronterizo y, finalmente, trasladadas a un club de alterne de la localidad de Graja de Iniesta (Cuenca), imponiéndoles una deuda económica que tendrían que saldar ejerciendo la prostitución.
En diversas ocasiones, las víctimas y sus familiares eran amenazadas y coaccionadas para pagar la deuda contraída y se les imponían multas por no cumplir las estrictas normas del club. Las mujeres estaban controladas en todo momento, imponiéndolas jornadas de 12 horas diarias, y se les cobraba una cantidad diaria por manutención y alojamiento lo cual engordaba más la deuda contraída, provocando una situación de servidumbre.
En la investigación llevada a cabo, se detecto que el grupo criminal contaba con una amplia red de colaboradores dedicados a conseguir cartas de invitación para las víctimas. Cada colaborador solicitaba como máximo dos cartas, lo cual dificultaba el seguimiento y evitaba que se pudieran relacionar a las víctimas.
Método del “Pitufeo”
Además, la red desmantelada disponía de un grupo de personas de confianza que se encargaban de remitir los beneficios obtenidos de la explotación sexual y del tráfico de estupefacientes a una cuenta en Brasil a nombre de la propietaria del club o de su hija. También se detectó que realizaban envíos a Paraguay para financiar el viaje de las víctimas.
Estos envíos se realizaban a través del método del “Pitufeo”. Esta modalidad consiste en enviar pequeñas cantidades monetarias a multitud de remitentes distintos, con el fin de no superar los límites legales que imponen las empresas que realizan las transacciones, dificultando el seguimiento y burlando los controles legales. Durante la investigación practicada, se ha localizado transferencias por valor de más de 200.000 euros.
Fuente: CMMedia