Trashumancia, moviendo la vida por la vereda
Dos yeguas, un caballo, seis perros, casi 1.500 ovejas, una decena de voluntarios (por etapas) y más de 400 kilómetros por delante hasta llegar a las dehesas de invierno, en el Valle de Alcudia. Los hermanos Cardo están en el camino. Son los únicos pastores de la provincia que siguen realizando a pie la migración estacional del ganado en busca de pastos frescos.
Una tradición que desde hace siglos ha atravesado el país por las mismas rutas hasta conformar una red de vías pecuarias –clasificadas según su anchura en cañadas, veredas, cordeles y coladas–, que desarrollan un papel fundamental en la conservación de la diversidad biológica y la protección del medio ambiente, tanto por el esparcimiento de semillas y abono que genera el paso del ganado, el mantenimiento de pastos, la prevención de incendios o por la cantidad de especies cinegéticas que albergan.
En definitiva, un camino de vida que en la provincia de Cuenca es muy amplio. En total, hay 636 vías pecuarias que suman una longitud de 2.584 kilómetros y una superficie de 9.406 hectáreas de corredor ecológico. Un importante patrimonio natural “que sin el paso del ganado habría desaparecido”, defiende Manuel Cardo, quien lamenta que no se respete la vereda como merece.
Precisamente para generar conciencia sobre el rico patrimonio natural y cultural quede las vías pecuarias “y preservar su importante papel ecológico”, el Gobierno de Castilla-La Mancha impulsa el proyecto europeo ‘LIFE Cañadas’, que coordina la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), con una inversión de más de 300.000 euros para mejorar la Cañada Real Conquense, una de las diez más importantes del país y de las pocas que siguen manteniendo la actividad trashumante en todo su recorrido; 532 kilómetros, que atraviesan tres Comunidades Autónomas y cuatro provincias: Teruel, Cuenca, Ciudad Real y Jaén
Con ello, además de conservar un patrimonio “que es único en el mundo” como destaca el delegado provincial Desarrollo Sostenible, Rodrigo Molina, se conectan espacios de la Red natura 2000, y se facilita el tránsito de pastores y ganado trashumante, con la mejora de refugios como el de Las Majadas y Villalba de la Sierra, que la expedición de los Cardo ya ha tenido la oportunidad de utilizar además de la creación de nuevos abrevaderos que Molina espera que puedan estar al listos al paso del ganado en su camino hacia el Valle de Alcudia, este año por el camino de Belmontejo.
Mientras tanto, señala que se siguen realizando tareas de deslinde y amojonamiento para abrir camino en tramos que tras la concentración parcelaria y progresivo abandono del pastoreo trashumante han sido ocupados por la agricultura, construcciones o carreteras, a pesar de ser espacios de dominio publico. “Hacemos una labor continua” aunque reconoce que es complicada ante las continuas reclamaciones con las que se encuentran.
Los Cardo llevan “toda la vida” trashumando. Primero en tren durante 15 años, otros 15 en camiones y después, con el encarecimiento de los portes se echaron a la vereda. De eso hace ya 13 años y siguen en la brecha. Eso sí, los años pesan, y a la dureza del camino, las inclemencias meteorológicas y las dificultades de paso que encuentran en muchos tramos de vereda “casi desaparecida” se suman problemas como escasez de agua e infraestructuras pecuarias y, sobre todo, la ausencia de pastores profesionales.
Fuente: Las Noticias de Cuenca.