Sisante lanza una campaña contra el vandalismo: “Romperlo es gratis, repararlo lo pagamos todos”
El Ayuntamiento de Sisante ha puesto en marcha una nueva campaña de concienciación cívica bajo el lema “Romperlo es gratis, pero la reparación la pagas tú”. Presentada el pasado 11 de septiembre por el alcalde Pedro Garde, la iniciativa busca sensibilizar a la población sobre las consecuencias del vandalismo y el coste que supone para las arcas municipales reparar los daños en el mobiliario urbano.
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El vandalismo en el mobiliario urbano es un problema que afecta directamente a la calidad de vida de los vecinos y vecinas de Sisante. Según datos del Ayuntamiento, las reparaciones de desperfectos causados por actos vandálicos suponen cada año más de 10.000 euros, un gasto que se asume con los impuestos de toda la ciudadanía.
El alcalde Pedro Garde explicó que el objetivo es “que toda la vecindad comprenda que los actos de destrucción afectan directamente al bienestar y la seguridad de nuestro municipio, y que el cuidado de los espacios públicos es responsabilidad de todas las personas”.
Además, subrayó que “lo que parece un gesto pequeño de vandalismo se traduce en gastos que podrían destinarse a mejorar nuestras calles, aumentar la seguridad, apoyar los servicios sociales, la cultura, el deporte o la educación. En lugar de avanzar, tenemos que retroceder para reparar lo que se destruye sin pensar”.
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La campaña se compone de diferentes carteles informativos que muestran de manera clara los costes de reparar elementos dañados:
- Un banco de madera: 500 €.
- Una señal de tráfico: 300 €.
- Un contenedor de basura: 1.000 €.
- Una farola: 1.000 €.
- Un parque infantil: 3.000 €.
Los mensajes insisten en que “romperlo es gratis, pero repararlo lo pagamos entre todos”. Además de la pérdida económica, el vandalismo también implica un riesgo para la seguridad ciudadana y un deterioro de la imagen del municipio.
Para poner la cifra en perspectiva, los más de 10.000 € que cada año se destinan a reparaciones equivalen al presupuesto de actividades culturales, al coste de equipar instalaciones deportivas o al refuerzo de programas sociales. En definitiva, son recursos que se dejan de invertir en mejoras para toda la población.
Más allá del gasto económico, el vandalismo supone también un problema social y comunitario. Romper un banco priva a los vecinos de un lugar de descanso y convivencia; dañar una señal de tráfico pone en riesgo a conductores y peatones; y destruir el mobiliario de un parque infantil significa privar a los niños de un espacio seguro de juego.
En el plano comunicativo, la campaña busca impactar con mensajes claros y directos, acompañados de imágenes que muestran los objetos dañados junto a su coste de reparación. Al traducir un problema abstracto en cifras concretas, el Ayuntamiento pretende que los vecinos perciban el impacto real que tiene el vandalismo en su día a día.
El Ayuntamiento recuerda que cada daño ocasionado en los espacios públicos no es una simple travesura, sino una falta de respeto hacia el entorno, hacia los vecinos y hacia uno mismo.
Con esta campaña, el Ayuntamiento de Sisante pretende hacer reflexionar a la ciudadanía sobre las consecuencias del vandalismo y recordar que cada acto destructivo repercute en el bienestar común. El mensaje es claro: lo que alguien rompe por diversión, lo pagan todos.
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